El auge actual de esta nueva modalidad de empleo ha favorecido la aparición de centros que agrupan a los teletrabajadores y les permiten compartir experiencias con personas que se encuentran en su misma situación.

Trabajar desde casa

Esta es la modalidad que más personas suelen identificar con el teletrabajo. Sólo se necesita un ordenador conectado a la red y mucha capacidad para gestionarse bien el tiempo, pues pueden existir serios conflictos de horarios con las parejas, problemas de trabajo compulsivo o dejadez, por falta de autodisciplina o fatiga.

Tipos: Hay que distinguir entre los teletrabajadores que dependen directamente de una empresa y los que son autónomos, y también entre los que realizan todo el trabajo en casa y los que sólo hacen una parte de la tarea asignada. Cada uno de ellos goza de una flexibilidad y de unas condiciones laborales determinadas, según su caso. Antes se podían montar cuadros en casa, y ahora se puede desde escribir para un periódico hasta realizar páginas web por nuestra propia cuenta y riesgo.

Trabajador móvil

Los vendedores, gerentes y ejecutivos son los que más utilizan esta modalidad. Debido a sus funciones laborales deben estar contínuamente desplazándose de ciudad en ciudad, por lo que realizan su trabajo desde su teléfono móvil, su ordenador portátil o desde las terminales de correo-e o telefónicas de su hotel o de la sucursal de su compañía.

Oficinas satélites

Esta es una forma de trabajo semejante a la de las sucursales tradicionales de bancos y otras empresas. La diferencia está en que las oficinas se ubican lejos de las oficinas y despachos centrales y se encuentran totalmente informatizadas y provistas de telecomunicaciones.

Muchos bancos han abierto este tipo de centros en diferentes países para controlar sin intermediarios las operaciones de sus clientes. En países caribeños y asiáticos ya existen centros especializados en la elaboración de datos, denominados offshore, que constituyen una buena alternativa. Esta modalidad de trabajo permite reducir gastos para la empresa y la creación de empleo por el menor coste de las instalaciones.

Los telecentros

El teletrabajador suele padecer la soledad, y en ocasiones sentir aislamiento. Esto se ha pretendido solucionar con la construcción de los telecentros o telecottages. Teletrabajadores de diferentes empresas pueden acudir a este tipo de centros a realizar sus tareas diarias. Aunque estos despachos cada vez tendrán más presencia en los países de origen de las empresas, han comenzado a surgir en países y zonas apartados o todavía poco desarrollados, con el objeto de facilitar a los trabajadores un lugar donde desempeñar sus funciones y de reducir los gastos de inversión en oficinas tradicionales.

Las oficinas virtuales

En este caso se trata de desubicar físicamente parte del trabajo de una empresa u oficina. Ahora no existe una infraestructura específica que reúna a los miembros de la compañía, sino que todos los miembros trabajan a distancia y se comunican mediante las nuevas tecnologías, como es el uso del correo electrónico, complementando el uso tradicional del teléfono y el fax. Ya no importa dónde esté el trabajador, sólo importa el resultado.